La Premonición
Titulo: Adicto
Palabras: 452
Fandom: Harry Potter
Claim: Remus Lupin
Notas: No se fijen en esto. Solo estoy subiendo los drabbles que había escrito para Los Malos Fics y sus Autores. *se esconde*


Todos tenemos una debilidad y, muchas veces esta suele ser tan pequeña e insignificante como una cucharilla de te. Generalmente, nuestras debilidades suelen ser nuestros gustos por algo (cualquier cosa), y estos gustos, muchas veces, se convierten en una adicción.

Si, una adicción que puede llegar a ser tan molesta e incontrolable como la que sienten los adictos a las drogas o al tabaco. Estos comienzan con uno y a ese le agregan otro y otro mas, con la excusa barata de que “es solo uno” y de que no les va a hacer daño. ¡Mentira! ¡Como si las personas que están a su alrededor no supieran la verdad que existe detrás de todo eso! Como si no supieran que ellos no pueden vivir ni un solo instante sin eso que tanto desean…

Pero esto no se aplica a todo el mundo. No todos suelen ser tan obvios con sus molestas adicciones. No todos son tan tontos como para mostrarse frágiles y vulnerables ante los demás (ya sean amigos o rivales).

Y este es el caso de Remus Lupin, un hombre tranquilo y amable que esconde detrás de esa fachada de serenidad una obsesión tan grande que es capaz de dejar boquiabiertos a muchos. No solo por lo intensa sino por lo que es capaz de hacer con tal de conseguir un poco de eso que tanto quiere.

Lupin se convierte en otra persona cuando se trata de la obtención de su “obsesión” y esta no es nada nadas y nada menos que el chocolate. En todas sus formas, en todos sus tamaños; con leche, almendras, maní… no importa como sea, lo importante es que sacie su insaciable necesidad.

A pesar de todo esto, el sigue siendo la maravillosa persona portadora del titulo “excepción a la regla de la adicción”. Él, aunque no lo parezca, no da a demostrar que es un maniático obsesivo del chocolate. Delante de todo el que lo conoce, el es uno de los tantos en el mundo — tanto mágico como muggle— que adoran el chocolate y que, de vez en cuando, se da el gusto de comerse uno… solo uno.

Y lo peor del caso es que los que están a su alrededor en realidad creen que es así; no consideran —y nunca consideraran extraño— que Lupin, a pesar de que dice que solo como chocolates de vez en cuando, siempre tiene una tableta en los bolsillos.


¿Será que él es tan bueno ocultando su adicción o es que los que están a su alrededor son muy despistados que no se fijan en esos pequeños detalles? Cualquiera que sea la respuesta es lo de menos; Remus Lupin seguirá siendo un adicto al chocolate y nadie podrá evitarlo.
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