Titulo: Tinta sobre papel
Fandom: D. Gray-Man
Claim: Lavi Bookman Jr,
Palabras: 335 palabras
“Ellos tienen que ser tinta sobre el papel”, le repetía una y otra vez el viejo panda para que él no se olvidase de su misión en la vida. “Eres un Bookman, y los Bookman no tienen corazón”.
Él no creía ni una cosa ni la otra. ¿Cómo sus amigos podrían ser solo tinta sobre el papel en su vida? Era imposible. Habían compartido tantas cosas juntos. Habían pasado por tantas experiencias, conocido tantos lugares, que era estúpido pensar que sus amigos, cada uno de ellos, no eran más que simples nombres que él plasmaría en el papel al final del día.
Allen, Lenalee, Krory, Miranda, incluso Kanda, eran su familia, la única familia a la cual podría visitar mientras continuase siendo un exorcista. Los miembros de la Orden eran las únicas personas que lo habían visto y tratado con cariño desde el instante en el que puso un pie ahí (todos excepto Kanda, que no trata bien a nadie). Eran los únicos que se alegraban al verlo, se preocupaban si estaba herido o enfermo y que estaban pendientes de que tuviese todo lo que necesitase.
Eran su familia. Eran todo lo que él necesitaba para no volverse loco, para no sentirse solo en ese mundo plagado de guerras, dolor y muerte.
Él los quería a todos y cada uno de ellos, con sus virtudes y sus defectos, por lo que la teoría de que los Bookman no tenían corazón era totalmente errónea. Era solo una treta que usaba el viejo Bookman para que él no se apegase más a esa gente, para que cuando tuviesen que partir, no cuestionase su autoridad.
Pero, aunque amaba estar en la Orden y ser un Exorcista, él sabía que tenía una misión que cumplir. Y aunque le doliese el alma, tendría que despedirse de sus amigos y continuar con su camino. Eso era lo mejor.
“Aunque tu pienses y digas lo contrario, ellos no son tinta sobre el papel, Jiji. Ellos forman parte de mis mas preciadas memorias”.
Fandom: D. Gray-Man
Claim: Lavi Bookman Jr,
Palabras: 335 palabras
“Ellos tienen que ser tinta sobre el papel”, le repetía una y otra vez el viejo panda para que él no se olvidase de su misión en la vida. “Eres un Bookman, y los Bookman no tienen corazón”.
Él no creía ni una cosa ni la otra. ¿Cómo sus amigos podrían ser solo tinta sobre el papel en su vida? Era imposible. Habían compartido tantas cosas juntos. Habían pasado por tantas experiencias, conocido tantos lugares, que era estúpido pensar que sus amigos, cada uno de ellos, no eran más que simples nombres que él plasmaría en el papel al final del día.
Allen, Lenalee, Krory, Miranda, incluso Kanda, eran su familia, la única familia a la cual podría visitar mientras continuase siendo un exorcista. Los miembros de la Orden eran las únicas personas que lo habían visto y tratado con cariño desde el instante en el que puso un pie ahí (todos excepto Kanda, que no trata bien a nadie). Eran los únicos que se alegraban al verlo, se preocupaban si estaba herido o enfermo y que estaban pendientes de que tuviese todo lo que necesitase.
Eran su familia. Eran todo lo que él necesitaba para no volverse loco, para no sentirse solo en ese mundo plagado de guerras, dolor y muerte.
Él los quería a todos y cada uno de ellos, con sus virtudes y sus defectos, por lo que la teoría de que los Bookman no tenían corazón era totalmente errónea. Era solo una treta que usaba el viejo Bookman para que él no se apegase más a esa gente, para que cuando tuviesen que partir, no cuestionase su autoridad.
Pero, aunque amaba estar en la Orden y ser un Exorcista, él sabía que tenía una misión que cumplir. Y aunque le doliese el alma, tendría que despedirse de sus amigos y continuar con su camino. Eso era lo mejor.
“Aunque tu pienses y digas lo contrario, ellos no son tinta sobre el papel, Jiji. Ellos forman parte de mis mas preciadas memorias”.
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