Titulo: Hacia el final.
Fandom: La Premonición.
Claim: AnnexLuke
Tema: # 13- Camino
Palabras: 628 palabras
Advertencias: spoiler.
—Anne, no lo hagas.
Le había suplicado Luke al ver lo que ella planeaba hacer. Anne se dio la vuelta y vio la desesperación y el miedo que él sentía pintados en sus hermosos ojos grises. Su estomago se retorció de dolor por un instante y unas enormes ganas de darse la vuelta y refugiarse en el calor de sus brazos se apoderó de ella. Pero echó esa sensación a un lado al pensar en lo que tendría que sacrificar si hacia eso. No, ella debía seguir adelante. Debía rescatar a Edna aunque fuese lo último que hiciese en la vida. Aunque eso significase perder a Luke.
—Anne… —volvió a llamarla. Con un deje de histeria en la voz— Demonios, tú ni siquiera podrás con ellos.
Esas eran crueles palabras, pero muy ciertas. Ella no era rival para los Guardias del reino. Ella era solo una simple terrana que había llegado a ese mundo para arruinarle la vida a todo el que se hubiese relacionado con ella. Edna, quien había sido la primera en tenderle la mano y curarle las heridas, estaba en esos momentos pagando por haberlo hecho.
Anne vio a Luke acercarse a ella y con un movimiento de su mano se lo impidió. Estaba segura de que si él la tocaba, la poca seguridad que sentía en esos momentos iba a caer en picado. Ella no podía permitir que eso sucediera. Edna la necesitaba, quizá de la misma forma en la que ella necesitaba estar entre los brazos de Luke.
—Luke, entiéndelo, tengo que salvarla. Y no es por que piense que soy poderosa ni mucho menos. Tú más que nadie sabes que yo no tengo la fuerza para luchar con ellos… ni con nadie. Pero se da el caso de que yo soy la única que puede sacarla del agujero en el que está. —Luke volvió a dar un paso y ella lo detuvo con un movimiento de su mano.
—Y se da el caso de que tienes que tirar tu vida y todos nuestros esfuerzos por protegerle, a la basura. Anne, tu no puedes hacer nada para salvarla.
— ¡Por mi culpa ella está ahí, Luke! —Le gritó, con la voz rota por el inminente llanto— No puedo quedarme sentada sabiendo que ella está sufriendo por mi culpa… que sigue ahí dentro cuando yo puedo hacer algo para salvarla.
— ¿Crees que ella se sentirá feliz al saber que está libre a costa de tu vida, Anne? Ella ha estado protegiéndote desde que apareciste en este lugar. Ha hecho hasta lo imposible por mantenerse a salvo; no eches por la borda todo su trabajo.
Ella lo miró a los ojos con una expresión ceñuda. No podía creer que él, precisamente él, le estuviese diciendo esas cosas. ¡Estaban hablando de Edna, la mujer que lo había criado, la que había sido como su madre para él desde que el Oráculo le ordenó que lo buscase! Él no podía preferirla a ella antes que a Edna. Eso era imposible.
Y aunque la sola idea de significar tanto para él le provocaba una enorme satisfacción y una felicidad tan grande que le provocaban ganas de gritar, el recuerdo de Edna siendo torturada en una de las celdas del castillo por haber mantenido oculto a un terrano vivo, le removía todo por dentro y la hacían descender rápidamente de su nube de felicidad.
—Tú no entiendes lo que es ser agradecido, Luke. Yo, a esa mujer, le debo mi vida. Lo menos que puedo hacer en estos momentos, es devolverle el favor. Aunque eso signifique sacrificar mi vida.
Y sin esperar una respuesta por su parte, se dirigió rápidamente hacia el castillo por un camino angosto y rodeado de árboles. Un camino que la llevaría derecho a la muerte.
Fandom: La Premonición.
Claim: AnnexLuke
Tema: # 13- Camino
Palabras: 628 palabras
Advertencias: spoiler.
—Anne, no lo hagas.
Le había suplicado Luke al ver lo que ella planeaba hacer. Anne se dio la vuelta y vio la desesperación y el miedo que él sentía pintados en sus hermosos ojos grises. Su estomago se retorció de dolor por un instante y unas enormes ganas de darse la vuelta y refugiarse en el calor de sus brazos se apoderó de ella. Pero echó esa sensación a un lado al pensar en lo que tendría que sacrificar si hacia eso. No, ella debía seguir adelante. Debía rescatar a Edna aunque fuese lo último que hiciese en la vida. Aunque eso significase perder a Luke.
—Anne… —volvió a llamarla. Con un deje de histeria en la voz— Demonios, tú ni siquiera podrás con ellos.
Esas eran crueles palabras, pero muy ciertas. Ella no era rival para los Guardias del reino. Ella era solo una simple terrana que había llegado a ese mundo para arruinarle la vida a todo el que se hubiese relacionado con ella. Edna, quien había sido la primera en tenderle la mano y curarle las heridas, estaba en esos momentos pagando por haberlo hecho.
Anne vio a Luke acercarse a ella y con un movimiento de su mano se lo impidió. Estaba segura de que si él la tocaba, la poca seguridad que sentía en esos momentos iba a caer en picado. Ella no podía permitir que eso sucediera. Edna la necesitaba, quizá de la misma forma en la que ella necesitaba estar entre los brazos de Luke.
—Luke, entiéndelo, tengo que salvarla. Y no es por que piense que soy poderosa ni mucho menos. Tú más que nadie sabes que yo no tengo la fuerza para luchar con ellos… ni con nadie. Pero se da el caso de que yo soy la única que puede sacarla del agujero en el que está. —Luke volvió a dar un paso y ella lo detuvo con un movimiento de su mano.
—Y se da el caso de que tienes que tirar tu vida y todos nuestros esfuerzos por protegerle, a la basura. Anne, tu no puedes hacer nada para salvarla.
— ¡Por mi culpa ella está ahí, Luke! —Le gritó, con la voz rota por el inminente llanto— No puedo quedarme sentada sabiendo que ella está sufriendo por mi culpa… que sigue ahí dentro cuando yo puedo hacer algo para salvarla.
— ¿Crees que ella se sentirá feliz al saber que está libre a costa de tu vida, Anne? Ella ha estado protegiéndote desde que apareciste en este lugar. Ha hecho hasta lo imposible por mantenerse a salvo; no eches por la borda todo su trabajo.
Ella lo miró a los ojos con una expresión ceñuda. No podía creer que él, precisamente él, le estuviese diciendo esas cosas. ¡Estaban hablando de Edna, la mujer que lo había criado, la que había sido como su madre para él desde que el Oráculo le ordenó que lo buscase! Él no podía preferirla a ella antes que a Edna. Eso era imposible.
Y aunque la sola idea de significar tanto para él le provocaba una enorme satisfacción y una felicidad tan grande que le provocaban ganas de gritar, el recuerdo de Edna siendo torturada en una de las celdas del castillo por haber mantenido oculto a un terrano vivo, le removía todo por dentro y la hacían descender rápidamente de su nube de felicidad.
—Tú no entiendes lo que es ser agradecido, Luke. Yo, a esa mujer, le debo mi vida. Lo menos que puedo hacer en estos momentos, es devolverle el favor. Aunque eso signifique sacrificar mi vida.
Y sin esperar una respuesta por su parte, se dirigió rápidamente hacia el castillo por un camino angosto y rodeado de árboles. Un camino que la llevaría derecho a la muerte.
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